6 de agosto de 2012
Sesenta y siete años atrás la ciudad de Hiroshima fue devorada en un mar de llamas luego de la explosión de una única bomba atómica. En un momento, muchas vidas preciosas fueron perdidas.
Aquellos atrapados bajo los escombros de los edificios, aquellos seriamente quemados, aquellos que continuaban gimiendo, buscando sus familias… Con los cuerpos y corazones profundamente cicatrizados, hay muchos que continúan sufriendo como resultado de la tragedia.
Mi abuelo no habló de los eventos de ese día con nadie, ni siquiera la familia, por décadas.
Él ha estado sufriendo todo el tiempo.
Finalmente, con su mayor esfuerzo, él habló—
El peso de cada vida individual perdida en la guerra.
La fuerte voluntad de los sobrevivientes para continuar viviendo—
Su esfuerzo para transmitir su experiencia dejó una profunda impresión en mi corazón.
Tenemos amigos que dejaron sus ciudades de origen y comenzaron a atender la escuela elemental en Hiroshima.
Al principio, ellos no podían hablar del hecho que ellos venían desde Fukushima, y del desastre —siendo incapaces de vivir juntos con sus familias. La súbita separación de sus amigos, no ser capaces de encontrarlos aún ahora.
Pero encontraron el coraje, y compartieron sus experiencias.
“Gracia por entender. Estoy feliz de haber venido a Hiroshima.”
Estas palabras nos hicieron felices.
Nosotros puede que no seamos capaces de experimentar eventos terribles en la misma manera, pero a través de imaginar el evento, podemos simpatizar.
Nosotros puede que no seamos capaces de cambiar el pasado, pero podemos abrazar los sueños y deseos para crear un mejor futuro.
La paz es algo que nosotros creamos.
Hay algo que cada unos de nosotros puede hacer, justo donde estamos.
Respetar las diferencia, pensar desde la perspectiva del otro, es paz.
Expresar nuestros pensamiento el uno al otro, juntar fuerzas para confortarnos unos a los otros, es paz.
Continuaremos creando paz.
Prometemos que continuaremos actuando, junto con todos aquellos que conocemos.
Representantes de los niños
Ryuki Mino (6º grado, Escuela Elemental Hijiyama de la ciudad de Hiroshima)
Mayu Endo (6º grado, Escuela Elemental Yasukita de la ciudad de Hiroshima)
